100 años de Básquetbol — Por Lic. Emilio Gutiérrez

Abr 19, 2021 | Opinión, Últimas Noticias

Son tres. Ojalá aparezcan más que puedan precisar el camino. Hoy, son apenas tres: Dickens, Perón y León.

Lograr en Argentina (datazo), torcerle el brazo a la mediocridad no es poco mérito. Dentro del contexto actuado y a su manera, los tres impusieron ideas y lograron que el Deporte Argentino naciera, viviera su espléndido apogeo y pese a nuestro empecinado “Factor argentino”, renaciera. En ese orden. 

Con respecto al básquetbol, los Fantasmas del Dandy son testigo de que León Najnudel fue el que la tuvo más complicada. Un simple entrenador que junto a un periodista nos llevaron a la cima del arcoíris sin más armas que su inteligencia y una tenacidad digna de macabeo. Fabián Armoa, también entrenador, multicampeón de vóley con el sanjuanino UPCN, lo llamó “Padre del Federalismo Deportivo” y creo que tiene razón.

Del General, ya nos hemos referido in extenso. Solo quiero recordar en esta reseña a Jorge Canavesi. Arquitecto de la mejor generación del siglo XX y Campeón del Mundo cuya máxima era: “Estamos en crisis… ¡Hay que atacar!” no le fue para nada mal…

Convengamos sí, que el Profesor hubiera sido presa fácil de las divisiones, grietas e imponderables económicos que existían si no hubiera habido una decisión política clara detrás del proyecto deportivo. Los protagonistas reconocieron una y otra vez, que haber sido apoyados por Perón fue decisivo para cumplir los objetivos y, agrego yo, para sufrir más tarde incomprensibles consecuencias.

Bien, finalmente llegamos a Dickens.

En 1891James Naismith creó el basketball en la YMCA de Springfield. La Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) es una entidad mundial que desde 1844 viene promoviendo valores humanitarios, educativos y religiosos. Desde el escudo mismo la institución proclama que lo importante no es solo el CUERPO. MENTE y ALMA también lo son… Es lo que tuvo presente el Profesor Naismith cuando inventó un juego que rápidamente se popularizó y mejoró al mundo.

La YMCA desembarcó en Buenos Aires, Argentina, en 1902. Y el Profesor Philip Paul Philips fue el que introdujo el básquetbol en 1912. Lo hizo, al igual que Naismith, para sumar diversión. En el Centro YMCA se aburrían de hacer gimnasia.

Philips consiguió hacer partidos amistosos con la YMCA de Uruguay. El éxito de la práctica hizo que en la concurrida sede de la calle Paseo Colón fuera donde comenzaron a realizarse los primeros partidos y torneos internos. El lugar era muy chico (“La piecita”) y por ende, cuando se jugaba un partido atractivo, quedaba gente afuera. Las barras se ponían intolerantes y muchas veces hubo partidos suspendidos. Los sábados a la mañana, las picantes discusiones eran moneda corriente.

Así fue el esquema hasta 1920. Los mejores conjuntos eran Estudiantes, Huemac, Nacional, Alumni… Los mejores jugadores: Agote, Quiroga, Rawson, O´Farrell, Zolezzi, Noccetti, Birba…

Philips, Noccetti, Calarco, los primeros árbitros y en 1917, para terminar con las discusiones se tradujo por primera vez el reglamento de EEUU.

En 1919, Philips se jubiló y en su reemplazo llegó directo desde la YMCA de Filadelfia el profesor Federico Williams Dickens. Oriundo de Arkansas, había nacido apenas dos años antes que el basketball y era un producto típico de la fábrica docente de la YMCA Mundial.

Lo primero que hizo Dickens fue diagnosticar. Luego se puso en marcha y no paró. Llegó a la conclusión de que ese no era un lugar para competir oficialmente. Convenció a los activistas que si querían jugar en espacios de más calidad técnica y desarrollar la actividad, lo mejor sería preservar la Asociación Cristiana para el deporte social y construir lo que faltaba: una Federación. Un espacio donde el básquetbol pudiera crecer y quienes formarán parte tuviera derechos, pero también obligaciones…

Así fue como los muchachos de clase acomodada, que estudiaban y trabajaban en el Centro, se largaron, por iniciativa de Dickens, a trabajar por la nueva entidad.

Entonces, el 26 de ABRIL DE 1921, en Corrientes 327, se celebró una reunión donde los representantes de CUBA (Club Universitarios de Bs As); Club Empleados de Compañías de Seguros; Huemac Rugby Club; Club Sportif Francais; Olimpia Basket Ball Club y Colegio Militar de la Nación, (todos desprendimientos de equipos del Interno YMCA), aprobaron la fundación de la FEDERACIÓN ARGENTINA DE BASKET BALL (FABB).

La Asamblea nombró al Dr. Nocetti como Presidente (el Capitán Castro declinó hacerlo) y un Comité Ejecutivo que tuvo como misión, redactar un Estatuto en quince días.

El 11 de mayo volvieron a reunirse. Se incorporaron: YMCA (Asociación Cristiana); Club Atlético Dreyfus y Cía; Club Atlético Van Perborgh y Willemen; Club Atlético Comercio; Racing Club y Club Deportivo Argentino.

Finalmente, el 16 de mayo de 1921, en la tercera y definitiva reunión se incorpora  el Club Regatas de Avellaneda y completa la lista de trece, que son las instituciones fundadoras…

Dickens continuó con su obra. Hizo lo mismo por el atletismo, la natación y el béisbol y fue quien armó los primeros equipos argentinos que concurrieron a las olimpíadas de París y Ámsterdam. Fue quien preparó físicamente al multicampeón argentino Hindú.

Con toda razón y justicia, a Mr Dickens, que además, en Argentina tuvo mucho que ver con el Club Ateneo de la Juventud (UCA), con Comunicaciones y con la creación de los Juegos Universitarios, se lo recuerda como el Padre del Deporte Argentino.

Tiempo después, producto del desarrollo de la YMCA y el juego, el Interior forzó la organización de los Torneos Argentinos desde 1928 y lo que se festeja hoy, 13 de abril, ese año de la Personería Jurídica.

Finalmente. En 1932, el 16 de octubre, se creó en Tucumán la Confederación Argentina de Basket Ball (CABB). Entidad que pasará a representar al país, obligando a  que FABB sea “La Porteña”.

El destino, reparte las barajas. Somos nosotros quienes las jugamos. A Dickens, Perón y Najnudel, no les importó tener o no tener para el envido. Les dio lo mismo vivir en un país corroído por problemas recurrentes o en modo maldón eterno. Jugaron como René Lavand, dando mucha ventaja, lenta y consistentemente.

Nadie duda, hicieron magia.

Fuente: Lic. Prof. Emilio Gutiérrez (UBA) – Director Nacional Básquet en Edad Escolar- CABB – UBA

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