Una beca para estudiar una carrera de grado en Harvard. Un entrenamiento militar con los Navy Seals, la fuerza especial de la Armada de Estados Unidos. Un cargo en la Casa Blanca bajo el gobierno de Barack Obama. Y un posgrado en consultoría política, otra vez, en la prestigiosa universidad estadounidense. 

El CV que deja trascender Fernando Cerimedo, a cargo de la estrategia digital de Javier Milei, es impecable aunque con un pequeño detalle: es falso. No hizo un posgrado en esa casa de estudios norteamericana, a la vez que en el Gobierno estadounidense informaron -a un consorcio de periodistas- que no hay registros de su contratación para el Salón Oval. Del entrenamiento militar de fuerzas especiales, ni noticias.

Con esa carta de presentación la tarea de trazar un perfil de su persona es sumamente compleja. La división entre la fantasía y la realidad está borroneada. Pero hay cosas que no se pueden disfrazar. Lo primero: Cerimedo tiene plata. Sino no se explica que, además de trabajar "ad honorem" para el candidato ultraderechista, sea también el principal aportante a la campaña de La Libertad Avanza. Según cifras oficiales, el publicista desenfundó su chequera para donar más de 28 millones de pesos a las arcas de la fuerza política. Ninguna otra persona o empresa puso tanto dinero -en blanco- para el financiamiento electoral de los neoliberales. 

Parte de la chequera de Fernando Gabriel Cerimedo

Lo segundo: Cerimedo tiene mucha plata. Lo que induce a poner el ojo en los negocios que lleva adelante quien dice estar fascinado con las propuestas para dolarizar la economía o cerrar el Banco Central. El empresario es dueño de la agencia Numen, cuya sede está ubicada en pleno corazón de Puerto Madero. Su página web da pistas sobre los servicios que ofrece (marketing digital y desarrollo web, entre otros) y dice tener como clientes a Mastercard y Warner Bros. Pero el fuerte, claro está, es la consultoría política. En las entrevistas que suele brindar, Cerimedo desliza cobrar entre 50 mil y 100 mil dólares mensuales, que generó una granja valiosa de trolls creados por Inteligencia Artificial y que le factura a todo el arco político salvo, claro está, a Milei.

El expertise para las campañas, comenta el estratega digital, lo incorporó junto a una pieza clave de su organigrama: Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente brasileño. En la entrevista que dio para el consorcio de periodistas agrupados en el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística explica que con Bolsonaro Jr. participaron de un posgrado sobre Comunicación Política en Harvard, cuyo título no está registrado en los archivos de la universidad. A otros medios, en cambio, les da cuerda con que, en realidad, se conocieron y forjaron su amistad en un curso de Jaime Durán Barba, aunque ahora rechaza de quajo aquella historia y dice que el asesor ecuatoriano es "un chanta", como "el noventa por ciento de los consultores". 

Lo que sí queda registrado de su pasado laboral es que Cerimedo hizo de todo en la última década antes de entrar al mundo de la consultoría. Según la base de datos Nosis, que expuso la investigación periodística latinoamericana, fue taxista, obrero de una fábrica de plásticos, asesor de seguros y hasta docente de secundaria para el Gobierno de la Ciudad.

El empresario también participó de negocios inmobiliarios, aunque no siempre se rigió bajo la normativa de la ley penal. Tal como publicó La Nación, vendió dos veces un primer piso de un edificio en Mar del Plata. Primero obtuvo 30.000 dólares por un boleto de comprobante pero nunca entregó la vivienda. En el interín lo volvió a vender, por el mismo monto, a otra persona. 

Por el engaño, en 2016 Cerimedo fue condenado a dos años por estafa y defraudación.


No hay mala publicidad

Cerimedo dice erigirse bajo un mantra: no importa si son elogios o críticas, lo importante es que hablen de uno.

Esa premisa puede verse, por ejemplo, en sus cuentas personales, donde no duda en darle retuits a fake news, videos sin contexto o amenazas a autoridades de mesa. Pero su fijación de los últimos días está en sintonía con lo que agitan los principales dirigentes de La Libertad Avanza. Se trata la idea de que, en octubre, hubo fraude electoral, algo que fue descartado por la Cámara Nacional Electoral y hasta por una aliada de Javier Milei.

La idea de que no hay mala publicidad y que la verdad es, apenas, un estorbo para las grandes historias, también se puede localizar en la nave insignia de Madero Media Group: La Derecha Diario. Este portal, que rige desde 2018 y es dirigido por la pareja de Cerimedo (Natalia Belén Basil), fue fundado -según el empresario- para "influir" en el "sector ideológico". 

"Es un medio que hace travesuras", cuenta quien dice haber trabajado para la militancia digital de Mauricio Macri y, años atrás, para algunos intendentes peronistas. Algunas de esas "chiquilinadas", tal como las describe son, por caso, la intención de hacer creer que las vacunas anticovid tenían una sustancia prohibida (grafeno), el intento de disfrazar el golpe del Planalto en Brasil como "una protesta para rechazar las medidas dictatoriales de Lula da Silva" o que el atentado de Cristina Kirchner fue "armado" por un supuesto posteo de C5N anterior al ataque.


La Patria Grande Derechista

Y si bien tiene el deseo de construirse como "el Héctor Magnetto de la (ultra)derecha argentina" Cerimedo no piensa solo en las fronteras nacionales. Es que el consultor recupera el sentir de la Patria Grande sudamericana pero bajo las ideas del neoliberalismo.

Con ese objetivo pisó fuerte en Brasil. Junto con Bolsonaro (hijo) cranearon el universo de fake news contra Lula para las elecciones de 2022. El Tribunal Superior Electoral debió suspender el sitio de Cerimedo por "difundir mentiras sobre el sistema electoral brasileño".

No conforme con todo eso, el tándem se reunió en Buenos Aires y decidió redoblar la apuesta. Primero al negar lo que determinó escrutinio oficial y, luego, fomentando las "insurgencias" de los seguidores bolsonaristas, que derivió en la irrupción forzosa de los edificios gubernamentales en Brasilia. Hasta el día de hoy, Cerimedo sigue insistiendo en que el asalto al Planalto fue un golpe autoarmado por Lula da Silva.

Del otro lado de la cordillera también intentó imponer su mantra: que se hable de lo que digo, no importa si es verdad o mentira. Ocurrió en el referéndum para aprobar o rechazar la elaboración de una nueva Constitución de Chile para desplazar la herencia de Augusto Pinochet. Y mientras todas las encuestas (y, ni hablar, en la calle) todo parecía indicar que se iba a conformar una Asamblea Constituyente, un sondeo de última hora Numen sacudió el tablero: decía que el 53 por ciento de los chilenos votaría por el Rechazo. 

Las urnas hablaron pocos días después: el Apruebo consiguió el 79 por ciento de los sufragios. 

Balotaje

Este domingo la Argentina elegirá si permanece el peronismo en el gobierno o bien, se anuncia el arribo de la ultraderecha. 

Cerimedo sabe que, independientemente del resultado, tendrá mucho trabajo las horas posteriores a que se cierren los comicios. Y de acuerdo a su mantra, lo importante es que hablen de su contenido: que sean verdaderos o falsos es, apenas, un pequeño detalle.