“Sorprende la cantidad de gente que vino. No estaba en los planes”, se alegraba el escritor y periodista Alejandro Tarruella, una de los implicados en la organización de la Caminata por la Democracia, que tuvo lugar hacia el crepúsculo del sábado, en la Avenida Corrientes, desde Callao hasta Paraná. Miles de personas del arte, la cultura y la vida en general se concentraron “casi” espontáneamente bajo el propósito de frenar el avance de la ultraderecha, en el país, a través de un recorrido que partió apenas pasadas las 19 horas desde la esquina de Callao y Corrientes, pero no pudo llegar a su destino final --el Obelisco-- porque había otra movilización de los partidarios de Milei que, aunque bastante minoritaria, podía provocar incidentes. “Acá nos quedamos. No avanzamos más, porque son tipos violentos. Los paré en la otra cuadra, y les pedí que no avancen”, decía el dramaturgo Mauricio Kartun --otro de los impulsores, junto al poeta Juano Villafañe-- mientras varios partidarios de Unión por la Patria pugnaban por llegar igual.

Enrique García Medina

Entre los rostros conocidos se pudo ver a Nito Artaza y el embajador en España, Ricardo Alfonsín, ambos ubicados casi el frente la marcha; al murguero Ariel Prat; al ministro de cultura de la Nación, Tristán Bauer; al locutor Claudio Orellano, y a  los actores y actrices Patricio Contreras, Mario Pasik, Ana Celentano y Fernán Mirás, entre otros y otras. “Más allá de la cuestión política, parecería ser que se trata de saber si estamos dentro o fuera de la locura”, dijo Mirás a Página/12. “Quiero decir, si podemos ser más o menos razonables, y votar a alguien que sea razonable, o si se trata de un país que está delirante. La verdad es que es ésta la sensación que tengo. Más allá de las razones que pueda esgrimir cada uno, hay una persona que la escuchás hablar y pensás que es un bobo, o que está fuera de la realidad. (A Milei) no lo pondría ni como presidente del consorcio de mi edificio. Creo que esta elección va a revelar cuál es nuestro diagnóstico como país”.

Motivado --y también sorprendido-- por la cantidad de asistentes se lo vio al escritor Alejandro Grimson. “Nos reunimos el lunes pasado con Alejandro Dolina (que no pudo asistir, porque tuvo una función en Rosario), con Fernán, con Ana, a organizar esto y ahora está explotado de gente. Convocamos la caminata pensando que íbamos a ser 100, 200 personas, pero esto es impresionante”, expresó a este diario el docente e investigador del Conicet.

Los manifestantes portaban carteles con leyendas del tipo “Viva la TV Pública”; “Más democracia, no al autoritarismo”; “Soberanía científica y tecnológica”; “Salud pública libre y gratuita”; “Más y mejor educación pública”; “Sí a la justicia social”; “Milei, gatito de la casta” o “Con Milei, chau insulina”. También repartían boletas de Massa-Rossi, entre transeúntes y turistas, y ensayaban cánticos alusivos a la causa. Entre ellos, “Milei, basura, vos sos la dictadura” –idem para Mauricio Macri y Victoria Villaruel-; “Patria sí, colonia no”; “Milei no, Massa sí”; “Massa presidente, Massa presidente” o el resucitado M.M.L.P.P, el hit del período 2015-2019, en que gobernó su destinatario.

Los y las manifestantes contagiaron a la mayoría de los caminantes transitorios, a quienes la marcha encontró tomando un café en algunos de los bares de la Avenida más ancha del mundo, entrando o saliendo del teatro, o simplemente paseando. “Hace falta movilizar así, gracias por lo que están haciendo por el país, que con estos locos de Macri y de Milei está en peligro”, se le escuchó decir a una señora de no más de 60 años, que abandonó un té con medialunas para sumarse a la caminata, mientras sonaba por sexta vez el Himno Nacional.