Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer representa la principal causa de muerte en el mundo: hacia 2020 provocaba el fallecimiento de 10 millones de personas en todo el planeta. Este jueves, desde el Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet y con apoyo estatal, se inauguró Galtec, una compañía conformada por científicos y científicas locales que desarrollarán soluciones para el tratamiento de enfermedades inflamatorias, autoinmunes y cáncer. Un ejemplo que sirve como respuesta a los cuestionamientos del candidato presidencial Javier Milei a la "productividad" del organismo

“El hecho de que nuestra ciencia se haya creado en el país y que sus beneficios puedan quedar aquí implica algo muy importante. Queremos que todos los pacientes tengan la misma posibilidad de acceso a las terapias”, señaló en la presentación de la compañía Gabriel Rabinovich, referente y líder científico de Galtec. Luego continuó con su discurso: “Llegué a un momento de mi vida en que lo que más me interesa es ver la manera de llegar a los pacientes, de ayudarlos. Me desvela pensar que nuestras contribuciones científicas mejoren el futuro de la gente, que eviten el sufrimiento. Hacemos ciencia para la sociedad”, dijo uno de los científicos más importantes, en la semana en que el candidato presidencial, Javier Milei, propuso privatizar el Conicet.

Conversar con personas con cáncer y que te supliquen que les des la droga con la cual estás trabajando es muy fuerte”, expresó. Sobre todo, cuando esa droga aún no fue ensayada en humanos y, en efecto, no está disponible. Después, Rabinovich se refirió a la “importancia del apoyo sostenido del Estado” en la creación de esta empresa de base tecnológica. Una start-up que se inauguró y que se conocerá con el nombre de Galtec.

“La creación de Galtec muestra cómo es posible la transferencia de la ciencia básica a la resolución de problemas concretos que tiene la sociedad, como por ejemplo, para el tratamiento de cáncer y otras enfermedades. Felicitamos a Gabriel Rabinovich por haber decidido realizar toda su carrera científica en Argentina, y que sean los habitantes de este país los primeros beneficiarios de su esfuerzo”, dijo el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, que estuvo en el acto de presentación de la empresa junto a otras autoridades del sistema científico como Ana Franchi, presidenta del Conicet, y Fernando Peirano, titular de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación.

La firma será la responsable de acompañar el diseño de terapias para combatir cáncer, enfermedades inflamatorias y autoinmunes, hasta que los diseños innovadores lleguen a una fase clínica. Un puente para que los desarrollos en ciencia básica, que se piensan y se experimentan en la mesada del laboratorio, desembarquen en los consultorios y transformen las vidas de las personas.

Razón de ser

La empresa tiene tres ejes centrales. El primero, vinculado con el desarrollo de productos que ya se encuentran en una fase avanzada de investigación y de ensayos preclínicos. “Se trata del anticuerpo anti Galectina-1 para cáncer colorrectal y una variante de esa proteína para el tratamiento de enfermedades autoinmunes. Ya están listos para, en el futuro cercano, realizar las presentaciones del caso ante los entes regulatorios y, si todo va bien, iniciar con los ensayos clínicos en humanos”, detalló el científico a este diario.

El segundo eje se relaciona con la posibilidad de traccionar otros productos de laboratorio, útiles para diversas patologías. El último aspecto se vincula con lo social e implica el compromiso con los pacientes y con sus familiares. “Uno de los peores momentos en la vida de la gente es cuando se comunica el diagnóstico de un cáncer, o bien, de una enfermedad crónica. Queremos acompañar a las personas a partir de la generación de redes de comunicación”, subrayó el investigador.

“La misión será transformar las ideas de nuestro laboratorio en productos tangibles, que brinden oportunidades. Trabajamos muchísimo con especialistas en temas legales y financieros para que el Conicet también pueda obtener un beneficio y un protagonismo en todo lo que se vaya logrando”, sostuvo. De la iniciativa también participan Juan Manuel Pérez Sáez y Pablo Hockl, investigador y técnico profesional del Conicet, respectivamente; Kiyomi Mizutamari, referenta del Ceprocor (centro tecnológico cordobés); el CEO Daniel Falcón, encargado de los aspectos económicos y financieros; y Karina Mariño y Alejandro Cagnoli, asesores científicos (también del Conicet), especializados en el campo de la síntesis de azúcares.

Galectinas: villanas y heroínas de la película

Galtec no nace de un repollo, por el contrario, es el resultado de un trabajo de 30 años. Esfuerzos concentrados en las galectinas, unas proteínas muy peculiares que se unen a azúcares en las que hace muchísimo tiempo el joven investigador cordobés (ahora de 54 años) colocó el ojo… y la lupa. Alrededor de ellas, se han realizado avances muy ricos, tanto que el grupo argentino constituye una referencia a nivel internacional con más de 300 trabajos publicados, muchos de ellos en las revistas más prestigiosas del mundo. Rabinovich y compañía demostraron, esencialmente, que Galectina-1 les permite a los tumores escapar del sistema inmunológico. Con esa premisa, comenzaron a observar que esta proteína podría funcionar como un blanco terapéutico.

En los últimos años, ha habido una revolución en el campo de la inmunoterapia, porque el enfoque significó mejorar las posibilidades de sobrevida de personas con cáncer. “Es un enfoque que se basa en aumentar la respuesta inmune para que los linfocitos encargados de reconocer el tumor puedan eliminarlo. Lo que se hace, fundamentalmente, es sacar las señales inhibitorias del microambiente tumoral”, comentó Rabinovich. Cuando el linfocito se acerca el tumor, este comienza a producir mediadores que buscan eliminarlo antes que las defensas hagan lo propio. A partir de la inmunoterapia, “se elimina el freno de mano” con el objetivo de que la respuesta inmune pueda actuar de forma adecuada. De hecho, la revolución de la inmunoterapia fue tan importante que dos de sus principales protagonistas, James Allison y Tasuku Honjo, obtuvieron el premio Nobel de Medicina en 2018.

“Nosotros vimos que Galectina-1, la proteína que descubrimos, les permite a los tumores evadir la respuesta inmune. Por eso, comprobamos que cuando se bloquea, los linfocitos están en condiciones de eliminar al tumor y, como aspecto adicional, también se evita la formación de vasos sanguíneos, con lo cual deja de llegar oxígeno y nutrientes al tumor”, dijo Rabinovich. Con este avance, decidieron diseñar un inhibidor de Galectina-1: un anticuerpo monoclonal que actúa de manera muy selectiva en el organismo y solo ataca el objetivo que se requiere sin dañar el resto de las células sanas.

Con el tiempo, a partir de los avances realizados, el equipo liderado por Rabinovich aportó un razonamiento inverso sumamente interesante: “Como Galectina-1 es buena para matar linfocitos T, es decir, para eliminar nuestras defensas, decidimos pensar en qué enfermedades esta acción era beneficiosa. Y así es como llegamos a la conclusión de que podría servir para tratar a las autoinmunes”, describió el inmunólogo. Son afecciones (como la esclerosis múltiple) causadas por las mismas defensas del cuerpo que, en su expresión, dañan tejidos que no deberían. Así es como esta proteína tiene dos caras: una positiva y una negativa, aunque ambas pueden aprovecharse para obtener algún rédito que contribuya a transformar el presente de los pacientes.

Estos aportes en ciencia básica que iluminan el campo de la inmunoterapia constituyeron los ladrillos de Galtec, la empresa que se inaugura y promete convertir los conocimientos en tratamientos que respondan a las necesidades de las personas.

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