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agosto 17 de 2018
Discurso de Bruce Mac Master en la clausura de la Asamblea ANDI

Saludo con decidido entusiasmo al señor Presidente de la República, doctor Iván Duque, quien hoy nos honra con su presencia y hacemos propicia esta ocasión excepcional para ratificarle nuestro voto de confianza en la conducción del país. 

Tenemos la honda convicción, señor Presidente, de que usted conducirá a esta nación por el camino de la prosperidad a un lugar seguro. 

¡Ese es el reto que Colombia ha puesto en sus manos!

Esta asamblea, y Congreso Empresarial que tengo el honor de presidir, coincide favorablemente con el inicio de una etapa fundamental para el futuro de Colombia, donde no hay lugar a equivocaciones, ya que de la buena oportunidad para la construcción colectiva de un proyecto de país donde quepamos todos, sin exclusión alguna, depende la supervivencia del Estado,  de las libertades públicas, de la propiedad privada y la economía de mercado, es decir, la supervivencia misma de los valores supremos de la libertad y la democracia.

Señor Presidente, tenemos un país lleno de retos y desafíos. 
Un país optimista y con ganas de trabajar en el cual todos tenemos la responsabilidad de construir un mejor futuro. 

Como ciudadanos, como funcionarios, como maestros o alumnos, como miembros de familia, como parte de las Fuerzas Armadas o de Policía, como jueces, como líderes sociales, como comunicadores, como políticos o administradores públicos, como empresarios o trabajadores. Todos debemos construir un mejor futuro.

Por eso, señora Vicepresidente, coincidimos con su propuesta de trabajar conjuntamente en la tarea de generarle progreso a este país.

Empresarios y trabajadores entendemos que tenemos una responsabilidad social que va más allá de nuestra función productiva. 

Entendemos la responsabilidad con la población y el desarrollo social, con el bien común y con el bienestar de los ciudadanos, con el medio ambiente y su preservación y con la sostenibilidad del planeta. 

Haremos todo lo posible porque estos compromisos se reflejen en el actuar de todos los días de nuestra comunidad.

Sin embargo, se ha perdido conciencia del papel social de las empresas en su función de producir, de generar valor, de generar ingresos y empleos, de transferir y financiar al Estado, y su función pública de crear desarrollo social. 

Las empresas y el trabajo de sus empleados son la fuente de todo valor para una sociedad, son el primer eslabón de una cadena que debe terminar en el bienestar con equidad para los ciudadanos, es nuestra función ser lo más eficaces posibles en producir el oxígeno económico de la sociedad, es por su parte deber del Estado garantizar el funcionamiento de la sociedad y la creación de condiciones equitativas para toda la población. 

Sin lo primero, no habrá lo segundo, por lo cual entendemos también al Estado como el gran facilitador de las condiciones de producción, productividad y competitividad.

Sólo un país que comprende estos principios puede soñar con el desarrollo, entendido como la mejora permanente de las condiciones de vida de todos sus habitantes.

Por eso señor Presidente, hemos invitado al país a que nos acompañe a afirmar que “Todos somos empresa”, con el convencimiento de que nuestro papel es fundamental para el éxito de esta sociedad en la que todos creemos.

Social

Conscientes de la importancia y del valor exponencial que tiene la armónica relación público-privada, queremos contribuir con su gobierno a la construcción de una agenda que nos permita avanzar en lo social. 

Como lo he dicho ya en distintos escenarios, las tasas de pobreza  e inequidad son todavía inaceptables, nos tenemos que concentrar en la calidad de la educación y en su pertinencia, igualmente, debemos trabajar por la sostenibilidad de la salud y por garantizar saltos cuánticos en materia de infraestructura que nos lleven a ser más competitivos. 

Enhorabuena, hoy en día, no se puede hablar del tema social sin hablar del tema de sostenibilidad ambiental.

No podemos olvidar que la responsabilidad ambiental es un compromiso que debemos asumir con nuestros hijos y con las nuevas generaciones. 

Así debemos asumirlo, como un compromiso de humanos con humanos.  

Todo esto que representa el bienestar colectivo, no sólo debe estar enmarcado dentro de una política pública, sino que debemos tener claros los mecanismos y estrategias que se requieren para su buena ejecución.

Tomamos la decisión de ser un país socialmente desarrollado, iniciamos el camino hacia ese destino, avanzamos, pero hasta ahora no podemos decir que hayamos triunfado en este empeño, para lograrlo, necesariamente se debe aumentar el tamaño de la economía, de la producción, de los empleos, y de los ingresos del Estado. 

Si queremos progresar en lo social, debemos cambiar nuestra mentalidad frente al crecimiento económico. Debemos convertirlo en uno de nuestros principales objetivos

Institucional

Hago también un llamado a fortalecer la institucionalidad de nuestro país.

Durante largos años, la disputa política de Colombia ha llevado cada vez más, y en muchos casos por meros cálculos políticos, a generar grietas en nuestras instituciones, las cuales son base fundamental de una democracia. 

Fortalecer el Estado en función de los ciudadanos dependerá en gran medida de la buena administración pública y de la idoneidad de sus líderes.

Se hace necesario recuperar reglas que permitan poner en práctica principios y valores que por ningún motivo sean objeto de oportunismo político, económico o de intereses de particulares, y que al mismo tiempo, nos permitan contar con una justicia confiable, justa, valga la redundancia, oportuna y eficaz.

Es indispensable, tal como usted lo ha planteado señor Presidente, llegar a un Pacto Nacional que sea suscrito por todos los colombianos, sin distingo de ideas, ni creencias, de partidos ni regiones, que nos permita hacer explícitos aquellos principios y propósitos, sobre los cuales estamos de acuerdo todos sin importar las ideologías o intereses. 
Esos principios que son la base de nuestra sociedad y que son el fundamento de nuestro contrato social. 

Especial atención en la agenda nacional requiere hoy el tema de la corrupción. 

Ocupa un lugar muy alto en el listado de preocupaciones de los colombianos.
 
Para hacer viable el proyecto de país en el que estamos empeñados, tendremos que aunar fuerzas los sectores público y privado, al lado de la ciudadanía y la justicia, contra este flagelo  que pareciera haber permeado todos los estamentos de la sociedad, incluyendo el sector privado, el público y hasta el judicial y las autoridades.

Más allá del endurecimiento de las sanciones disciplinarias, fiscales y penales contra los corruptos, le corresponderá al Estado y a sus líderes hacer un gran esfuerzo pedagógico para educar a las nuevas generaciones,  y para reeducar a los adultos con pedagogía dentro de lo que podemos denominar la creación de una cultura ética de responsabilidad social y solidaridad: un concepto integral que contiene la ética pública, la ética empresarial y la ética del ciudadano de a pie o ética cívica donde todos y cada uno debemos contribuir a la búsqueda del bien común, finalidad social del Estado y de la sociedad, que nos compete a todos por igual.

El día de ayer hicimos entrega del estudio de control fiscal, esperamos que sea una, de las muchas medidas, que se deben tomar para ayudar a combatir este flagelo.

El fortalecimiento de nuestras instituciones con patrones éticos y académicos deberá estar enmarcado dentro de los más altos estándares de eficiencia, eficacia y transparencia.

Crecimiento Económico
Para lograr el objetivo de desarrollo sugerimos una agenda que deberá contemplar 5 acciones centrales como hemos venido sosteniendo:
 
1. Construcción de una estructura competitiva que nos permita llegar a los mercados internacionales incluyendo los temas tributarios y de trámites de comercio internacional; 
2. Estabilidad jurídica, NO es posible hacer proyectos en un país que no cuenta con reglas de juego conocidas y estables; 
3. Adopción de una decidida agenda de formalización laboral y empresarial, si algo debe hacer nuestra sociedad es formalizar a ese 50 % de trabajadores que se encuentran en condiciones de desventaja;  
4. Gerencia de una administración pública que permita reducir el gasto y mejorar la calidad del mismo, 
5. Construcción de una agenda de innovación y emprendimiento.

Abordó usted durante la campaña y en los primeros días de gobierno el tema tributario. 
Debemos aspirar a que el nivel de tasas impositivas efectivas sea por lo menos similar al de países de nuestra órbita comercial para ser más competitivos, pues mientras en Estados Unidos es del orden del 21%, en México del 28% y en Perú del 27% -por citar sólo algunos ejemplos-, en Colombia estamos lejos de esos niveles, cargando todos con una desventaja que nos impide crecer, ser competitivos a nivel internacional y ser atractivos para la inversión internacional moderna. 

Está claro que bajando la carga tributaria se logra, además, reducir la evasión y aumentar la formalización empresarial, como efectos colaterales positivos.

La informalidad empresarial por su parte, no sólo es la mayor causa de los bajos niveles de recaudo general, sino que es también el sitio en el cual se presenta la mayor fuente de informalidad laboral. 

La consecuencia de estas dos irregularidades, es que allí reside la mayor competencia desleal a la cual tienen que enfrentarse nuestros empresarios. 

Para fomentar la formalización a gran escala, deberán tomarse decisiones valientes y creativas como bajar sustancialmente la carga a las empresas nuevas que se formalicen, aumentándola de manera gradual hasta que logren alcanzar la viabilidad sostenible.

En materia de seguridad jurídica, se hace necesaria una racionalidad que estimule la inversión privada, local y extranjera, con reglas de juego claras y con vocación de permanencia en el tiempo. 

Según datos de Planeación Nacional en los últimos 16 años, se han dictado alrededor de 96.000 normas que afectan la actividad empresarial y crean un estado de incertidumbre recurrente que dificulta el normal curso de los negocios. 
A esto se deben sumar los fallos y sentencias de las cortes y los jueces que no entienden las consecuencias económicas de sus decisiones.

Una buena gerencia en la administración pública tiene que partir de la  reducción del gasto, del adelgazamiento del tamaño del Estado y disciplina, mucha disciplina fiscal,  porque la deuda pública ronda ya por el 43% del PIB amenazando la sostenibilidad fiscal del Estado. 

En este punto nos genera confianza su programa de gobierno señor Presidente, que refleja responsabilidad económica, responsabilidad fiscal y la búsqueda de unas finanzas públicas sanas como lo pudimos ver ayer en la intervención  de su ministro de hacienda.

No podemos resignarnos a un mediocre 2% de crecimiento económico. 

Bajo los nuevos designios, tenemos que esforzarnos por el crecimiento de la actividad industrial y comercial, el crecimiento del empleo formal, el incremento en la producción dentro del marco de una gran política de desarrollo empresarial liderada por el Estado.

Tal y como lo presentábamos en el día de ayer en la sesión de instalación, es contundente la evidencia que demuestra cómo aquellas naciones que decidieron apostarle al crecimiento, son hoy en día los líderes mundiales en lo económico y en lo social. 

Hay que jugársela también por la industria, por la agroindustria. 

Hemos sugerido convertir al Ministerio de Comercio en el Ministerio de Desarrollo Empresarial, en esa entidad que no solamente haga una defensa férrea de nuestras empresas, sino que con inteligencia y estrategia cree las condiciones para insertarnos en las cadenas globales de valor, que nos ayude a tomar decisiones correctas, para que sea un centro de investigación que nos diga hacia donde va el mundo,  lo que hacen nuestros competidores,  las oportunidades que tenemos y cómo podemos aprovechar los mercados con un escenario de competencia,  competencia dura y a veces desleal.  Tenemos que actuar con sabiduría, estrategia y táctica.

Celebramos la intención de estimular el surgimiento de más emprendimientos  enfocados a los cambios que se están generando con la cuarta revolución industrial. 
Es este un ejemplo de cómo los paises se la “pueden jugar” por apuestas y sectores para buscar ser líderes a nivel mundial.

La comunidad emprendedora de la Andi, ve con buenos ojos los planteamientos presentados por Usted señor presidente, para el sector de las industrias creativas.

Colombia, debe entender la importancia de que las industrias ingresen en todos los procesos de la apropiación tecnológica, 
los ecosistemas de innovación y la innovación abierta. 

Como lo hemos dicho anteriormente, consideramos que los jóvenes de Colombia tienen un gran papel en la construcción de un nuevo país, y contar con un presidente que entienda a las nuevas generaciones, su rol en el desarrollo de empresas más sostenibles y amigables con el planeta, pero sobre todo inclusivas, hará de nuestra nación un territorio de emprendedores ajustados a las nuevas necesidades.

Señor Presidente, esta es una buena ocasión para construir una Colombia mejor para todos, es el momento de superar las diferencias y pensar en el bienestar de todos los colombianos, nuestro compromiso, el compromiso de los empresarios con la generación de impacto social y económico, es garantía de desarrollo para el país, celebramos su llamado a la unidad y esperamos que de una manera responsable y consciente,  nos demos la oportunidad de actuar en beneficio de una construcción colectiva de la patria que soñamos.

Tenemos el deber de hacer esfuerzos adicionales para reconstruir el tejido social,  y para llevar a Colombia a un alto grado de competitividad, que nos permita mejorar la calidad de vida dentro de una sociedad equitativa, libre, incluyente y próspera.

Reciba de nosotros nuestra amada Colombia para que en conjunto la hagamos ¡un mejor país!

¡Muchas gracias!