Un reciente estudio basado en experiencias de los propios pacientes determina que, por encima de otras, hay tres aplicaciones para dispositivos móviles que generan estrés adicional entre los usuarios. Hasta el punto que altera horarios de sueño, hábitos saludables y costumbres diarias.
Las aplicaciones de mensajería instantánea son las que ocupan el primer puesto. Actualmente contestamos al 75% de los mensajes de los que somos receptores al momento, ya que se considera que no hacerlo es ignorar a la otra persona y existe una necesidad autoimpuesta de responder.
Se calcula que pasamos al menos una hora diaria respondiendo mensajes, da igual la hora y la ocupación que tengamos en ese momento. En la distancia corta estamos obligados a responder de forma inmediata como interlocutores. A nivel digital nos imponemos esta obligación cuando realmente lo podemos hacer en otro momento.