Paula Creamer.
La campeona del U.S. Women’s Open 2010, Paula Creamer, podrá jugar este año el torneo, a pesar de que en 2020 concluyeron sus 10 años de elegibilidad. El problema fue que el año pasado se canceló el torneo por la pandemia de covid. En atención a ello y a su enorme popularidad, La USGA le extendió la invitación, a pesar de que, desde 2019 no juega en el LPGA Tour por lesiones en una mano.
«… fue muy difícil no poder ir a jugar el año pasado en el Open, y estaba bastante desanimada por ello, así que poder tener esta exención para mí y venir a jugar, significa el mundo, especialmente en el área de la Bahía», comentó.
El caso de Phil Mickelson es diferente, pues es un jugador en activo que no pasa un buen momento y ocupa el puesto 113 en el ranking mundial. Puede acceder al U.S. Open (17 al 20 de junio, en Torrey Pines) regresando a los 60 mejores del mundo, o calificando en las seccionales, donde ya está inscrito. El jugador de 50 años ha competido en 31 U.S. Open y sólo se ha perdido uno desde 1994 (la edición de 2017 por la graduación de su hija). También ha sido subcampeón en seis ocasiones, la última de ellas en 2013, en Merion.
En caso de que lo demás falle y la USGA lo invite por su palmarés, dijo que rechazará la invitación.
El norirlandés Rory McIlroy amaneció este lunes enterándose que cayó al puesto 15 del ranking mundial, el más bajo desde noviembre de 2009, cuando descendió al lugar 17. En lo que va del año, solo acumula tres top-10 en nueve salidas, fallando los cortes en el Masters y el Players Championship, dos de sus últimas tres salidas.
En contrario, el joven noruego Viktor Hovland, cuya carrera es una de las más sorprendentes de los últimos años, logró el tercer lugar en Innisbrook y ascendió al puesto 11 del ranking mundial, asegurando su participación en los dos majors restantes y los Playoffs del PGA Tour.